La Paz, 25 de octubre de 2021
Boya.News – Bolivia es uno de los pocos países de Latinoamérica que tiene vacunas de sobra para combatir a la pandemia de covid-19, pero figura todavía entre los más rezagados en la inmunización, mientras crece la amenaza de una cuarta ola de contagios.
La campaña oficial de motivación, incluso las fotos y los videos del presidente Luis Arce recibiendo la vacuna parecen no ser suficientes para llenar los centros de vacunación, que tras las aglomeraciones de hace un semestre ahora lucen con muchos espacios disponibles, en todo el país.
El país ha recibido ya más de 16 millones de dosis de vacunas de Sinopharm -la mayor cantidad-, Gamaleya (Sputnik V), AstraZeneca, Phizer y Johnson%Johnson (J&J), de las cuales aproximadamente el 80 por ciento fue comprado por el Gobierno y el saldo llegó como donación de diversos países a través del mecanismo Covax.
Hasta el fin de semana pasado los servicios departamentales de salud, que tienen por ley la tarea final, habían aplicado casi 7,5 millones de dosis, o poco menos de la mitad de la reserva acumulada.
El contraste entre disponibilidad y aplicación de las vacunas fue creciendo en las últimas semanas a medida que el Gobierno nacional lograba el arribo de nuevos lotes de inmunizantes mientras las administraciones departamentales, la mayoría en manos de la oposición conservadora, se mostraba incapaz de acelerar el ritmo de la campaña, y en varios casos caía en desaceleración.
El Ministerio de Salud informó el lunes 25 que Bolivia ha vacunado contra el covid-19, con esquema completo, a más del 52 por ciento de su población objetivo de 18 o más años de edad, aunque el porcentaje baja a menos del 50 si se incluye a los jóvenes de 16 y 17 años recién incorporados a la población objetivo, que ahora es de unos 7,7 millones de personas.
“Desde que hemos iniciado el proceso de inmunización, hemos avanzado muy lentamente, con uno por ciento, dos, cinco por ciento. Hoy ya hemos inmunizado con primeras dosis a más de 62 por ciento de la población boliviana (de más de 18) y con esquema completo más del 52 por ciento”, dijo el ministro de Salud, Jeyson Auza.
Por esquema completo se define a la aplicación de dos dosis de las vacunas que así están programadas o una sola dosis de la vacuna de J&J.
Según el informe ministerial, las reservas de vacunas anti covid alcanzan para inmunizar también a los jóvenes de 16 y 17 años, algo que el Gobierno dispuso hacer a partir de esta semana con la única vacuna autorizada para esas edades, la estadounidense Phizer que en cantidad de más de un millón de dosis ha llegado al país como donación de Washington a través de Covax.
“Bolivia es uno de los pocos países de Latinoamérica que no tiene necesidad de comprar más vacunas porque tiene garantizado el 100% de las vacunas anti covid para su población vacunable desde los 16 años”, aseguró Auza.
¿Cuarta ola?
Tras sufrir tres olas de contagios con picos de más de 2.000 nuevos casos diarios desde que se desató la pandemia en marzo de 2020, Bolivia ha tenido dos gobiernos, el transitorio de Jeanine Áñez y el actual democrático de Luis Arce, que han dado respuestas muy diferentes al problema, que suma ya más de 470.000 contagios, incluidos casi 19.000 decesos.
Desde la alta letalidad de la primera ola de mediados del año pasado, 6,2% o más de seis muertos de cada 100 contagiados, la tasa ha bajado ha bajado a 2,7% durante la segunda y tercera ola, de principios y mediados de 2021, de acuerdo con las cifras oficiales.
“El incremento de casos que se está dando (…) nos anuncia una cuarta ola”, dijo Auza al anunciar una convocatoria urgente a gobernadores y autoridades de salud regionales para discutir medidas que permitan acelerar la vacunación como medida capital
Hizo el anuncio al confirmar que Bolivia acaba de registrar cuatro semanas consecutivas de alza de los contagios de covid-19, luego de 15 semanas de descenso que siguieron al pico de la tercera ola.
En la semana del 18 al 24 de octubre inclusive, se registraron 3.232 nuevos casos de covid-19, con un incremento de 18 por ciento desde la semana previa. Las cifras absolutas pueden parecer relativamente pequeñas, pero los porcentajes y la tendencia provocan preocupación.
El ritmo de vacunación, en contraste, no ha mejorado significativamente desde que se autorizó la inmunización con una tercera dosis para los que recibieron previamente el esquema completo de vacunas, lo que podría confirmar que el problema radica principalmente en quienes no quieren o no pueden hacerse vacunar, que son casi la mitad de la población objetivo.
Autoridades sanitarias de varios departamentos han revelado que sus esfuerzos para llevar las vacunas hasta los últimos rincones no eran correspondidos por la población, como se esperaba.
El Servicio Departamental de Salud de La Paz, por ejemplo, anunció que trasladaría de vuelta a la capital, con consiguientes problemas logísticos y pérdidas, varios millares de dosis que llevó a pueblos remotos, donde los funcionarios sanitarios se encontraron con rechazo frontal de los pobladores, en varios casos incluso con cartas firmadas por autoridades locales.
En las dos últimas semanas, el promedio nacional de vacunación fue de apenas 36.000 aplicaciones diarias, frente a las 100.000 dosis administradas cada jornada hace un par de meses.
caq/Boya