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– Tras su marcha de agosto-octubre a Santa Cruz, resultaron relegados en el reciente paro cívico.
– “Parlamento indígena” sigue sin lograr reconocimiento.
– Gobernación cruceña e indígenas liderados por Marcial Fabricano solo comparten discurso anti-MAS.
El dirigente indígena amazónico Marcial Fabbricano habla durante una concentración organizada por la universidad UGRM de Santa Cruz. (Captura video El Deber).

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Santa Cruz, 18 de noviembre de 2021

Boya.News – Semanas después de recibir elogios del poder político y cívico de Santa Cruz, la más reciente marcha de indígenas amazónicos está casi olvidada, los compromisos de autoridades todavía no se han cumplido y el “Parlamento de los Pueblos Indígenas” sigue esperando que alguien lo reconozca oficialmente.

Tras la acogida oficial amistosa, que ahora parece haber tenido solo motivaciones políticas coyunturales, los indígenas de la marcha que desafió incluso a sus propias instituciones históricas, entre ellas la CIDOB, han ido retornando poco a poco a sus lugares de origen y los que quedaron en la capital cruceña fueron solo observadores lejanos del reciente paro cívico contra el Gobierno de Luis Arce, participando apenas en algunas marchas como las organizadas por la Universidad Gabriel René Moreno.

¿Por qué los indígenas liderados por Marcial Fabricano no fueron protagonistas y ni siquiera tuvieron la palabra en el cabildo del domingo 14, en la culminación del paro?, cuestionaron reporteros al presidente del Comité Cívico cruceño, Rómulo Calvo.

“Me está preguntando cosas que no puedo estar manejando, yo estoy manejando mi discurso, estoy escuchando, hay gente, hay personas, hay que preguntarle a él (a Fabricano) si él quiso discursear”, atinó a responder el líder cívico.

“Entonces no sé, hay otras personas que están manejando tema escenarios, luces, micrófonos. No me podés preguntar algo que yo no estoy manejando”, justificó.

Fabricano sí habló esta semana en una marcha de la UGRM, donde lanzó reivindicaciones de unidad del “pueblo boliviano”, aunque refiriéndose solo a los habitantes de tierras bajas ignorando a los de otras regiones, entre éstos los que apoyan o participan del Gobierno del MAS.

“No solamente soñamos sino que la esperanza nuestra radica en la unidad del pueblo boliviano, de ese pueblo boliviano que está aquí con nosotros, que convive en Santa Cruz, Beni, la Amazonia, Pando y el Chaco boliviano, esa Bolivia, esos bolivianos, soñadores de los mejores días que esperamos y que deben ser diseñados y construidos por nosotros mismos”, proclamó.

Sin mencionar al autonombrado “Parlamento Indígena” creado por él y otros dirigentes durante la marcha, Fabricano reiteró denuncias del “sometimiento” y las “imposiciones” de “un régimen que solo hace y demuestra desprecio a los pueblos indígenas”, en aparente referencia al Gobierno de Arce.

En 1990, el histórico líder indígena Tomás Ticauzu había alzado su voz desde la primera marcha indígena amazónica rumbo a La Paz desafiando al presidente Jaime Paz Zamora a “hablar de jefe a jefe” para que el Estado reconozca como iguales a los pueblos indígenas de tierras bajas.

Así, Bolivia y el mundo recibieron a la “Primera Gran Marcha Indígena por la Vida, Territorio y Dignidad” que partió el 15 de agosto desde Trinidad hacia La Paz. Después de caminar 34 días esa columna de 800 indígenas doblegó al poder para arrancar sus demandas en decretos y leyes.

Diálogo sin luces

31 años después, pueblos indígenas benianos volvieron a marchar liderados por uno de sus mayores referentes, Fabricano, partícipe de la primera marcha. Partieron de Trinidad y tras 37 días de caminata llegaron a mediados de septiembre a Santa Cruz de la Sierra.

El gobernador Camacho y el presidentre de la Asamblea de Santa Cruz, Matkovic, escuchan a una colaboradora durante su encuentro con el “Parlamento Indígena” de Fabricano, en octubre (Boya).

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Exigían no solo respeto a sus territorios, avasallados por “interculturales” (colonizadores procedentes del altiplano) señalados como militantes del MAS, sino reconocimiento de etnias y pueblos, no más maltrato, tener más representación originaria, respeto a sus elegidos y espacios en instituciones departamentales y nacionales del Estado Plurinacional.

El “Parlamento Indígena” creado en el octavo día de la marcha y comandado por Fabricano, esperó varias semanas en octubre a Arce y a siete gobernadores para una cumbre, al margen de la Central Indígena del Oriente Boliviano (CIDOB) que gestionaba sus propias reivindicaciones, por separado y directamente con el Gobierno nacional.

Los nuevos marchistas solo se reunieron con el gobernador cruceño y jefe de Creemos, Luis Fernando Camacho, a quien el MAS acusó de promover la movilización indígena.

El encuentro con el gobernador, que no arrojó más que compromisos vagos, transcurría tranquilamente con críticas al Gobierno central, por su ausencia, los aplausos iban y venían hasta que el representante del pueblo guaraní, Celso Padilla, comenzó a exigir respeto para los pueblos indígenas.

Camacho y el presidente de la Asamblea Legislativa Departamental, Zvondko Matkovic, quedaron sorprendidos por los reclamos. El dirigente indígena criticó los acuerdos políticos que siguieron a las elecciones regionales, para formar una alianza que dio a Creemos la presidencia del órgano deliberante cruceño.

“¿Qué es lo que está pasando?. Están tranzando con masistas de izquierda con la derecha… Por eso hace siete meses la Nación Guaraní de Santa Cruz está dividida. Por culpa de todo eso”, afirmó Padilla dirigiéndose a Camacho y Matkovic.

“Por qué nos hacen pelear así. Hemos sido claros con usted, Dr. Zvonko. Con usted hemos hecho un primer acuerdo. Usted ha venido a nosotros. Nosotros hemos ido allá a protestar porque sabíamos que el MAS no iba a permitir hacer gestión. Hemos hecho posible que usted pueda ser presidente de la Asamblea Legislativa”, continuó.

Padilla criticó a Matkovic por negociar con el asambleísta indígena Ramiro Valle, desconocido por parte de los guaraníes, y con el dirigente indígena Ronal Gómez que lleva seis años sin dar informe a la Nación Guaraní. Matkovic firmó una agenda programática con ellos que debía suscribir con la Nación Guaraní y sus 13 capitanes.

Ahora, los guaraníes exigen suspender de todas las actividades al asambleísta Valle a quien, pese a las denuncias en su contra, el Tribunal Electoral Departamental de Santa Cruz le otorgó una credencial, sin respetar la elección por usos y costumbres.

Padilla exigió a Camacho comprometerse a firmar la agenda programática con la Nación Guaraní en presencia de los 13 capitanes de Santa Cruz. “Es nuestro derecho. Así hemos venido trabajando con el otro gobernador y lo queremos hacer con usted”.

Denunció que “hermanas guaraníes fueron a dejar documentos a la oficina de la DPNI y las hicieron sacar con policías a empujones casi las agarran a patadas. ¿Cómo pueden tratar así a las hermanas? ¡No es posible!”.

Reivindicó su esencia cruceña recordando que en una rotonda del segundo anillo de la ciudad de Santa Cruz se puso un monumento y se lo identificó como chiriguano, cuando es un guerrero guaraní, un general que era el mejor lancero y que comandó el ejército en Santa Cruz. “Él luchó por esta tierra porque es de acá y nosotros somos de acá, pero como es indígena nadie le rinde homenaje”, criticó.

Otra queja del dirigente fue que juntan a los pueblos de los yuracarés y mojeños como si fuera uno solo, cuando “Yuracaré es un pueblo y Mojeño es otro pueblo. En la ley departamental existe cinco pueblos indígenas porque los unen a los dos y eso no puede continuar”.

Volviendo a la línea discursiva del encuentro, otro cacique denunció avasallamientos de sus tierras por parte de los interculturales y criticó al gobierno central por provocar la división de los pueblos indígenas. Dirigiéndose a Camacho, recordó: “cuando nuestro gobernador hacía campaña, dijo; ‘si llego hacer gobernador ni un metro más de tierra para los interculturales’. ¡Ahora, cumpla!”

Acuerdo anti-MAS

Después de la arremetida, Matkovic pidió disculpas y ante las críticas por negociar con el asambleísta Valle, dijo que los pueblos indígenas lo pueden cambiar por otro. “No miramos quién es dirigente, nos interesa hacer gestión porque lo que es bueno para los pueblos indígenas es bueno para el departamento”.

Recordó que si alguien tiene motivos para no hablar con la gente del MAS es él (porque estuvo preso ocho años por el caso terrorismo que impulsó el gobierno), pero explicó que lo hace porque quiere hacer gestión.

Matkovic aseguró que para su elección recibió los votos de Creemos, de los pueblos indígenas y “uno que otro del MAS” porque presentó un proyecto de trabajo que fue aceptado por la mayoría de los asambleístas que lo eligieron presidente de la Asamblea Legislativa Departamental.

“No hagamos de esta reunión, de este gran Parlamento Indígena sobre temas específicos que de verdad pueden ser hablados en otro momento. Son 34 pueblos. Va a ser muy difícil que tratemos de arreglar esto”, afirmó Matkovic.

En tono más paternalista, Camacho explicó que recibió a los marchistas interculturales porque es su obligación de “atender a todo el que vive en esta tierra”.

Sin prestar mucha atención a las demandas de reconocimiento de etnias, pueblos, respeto a los originarios y mayor representación, Camacho dijo que el tema de las personerías para reconocer el “Parlamento Indígena” se podía resolver en corto tiempo.

El gobernador pidió no redundar en los temas, señalando: “Todos estamos convencidos y sabemos el daño que hace el Movimiento al Socialismo. Todos sabemos que nos están avasallando, Eso se reflejará en un gran acuerdo. Tienen en mí un aliado, una persona que luchará por ustedes”.

Las demandas de anular resoluciones por asentamientos ilegales, restituir el 5% de impuesto directo a los hidrocarburos, otorgar 34 escaños parlamentarios especiales a los indígenas, restituir el Ministerio de Asuntos Indígenas, anular decretos referidos a megaobras como hidroeléctricas Rositas, Chepete y Bala, auditoria al Fondo Indígena, personal de salud, administración de justicia indígena, creación de una universidad indígena, quedaron en espera de un encuentro con el presidente Arce, que el Gobierno nacional ha descartado por ahora.

Concluido el encuentro, Camacho prometió a los indígenas aprobar una personería jurídica de reconocimiento al Parlamento Indígena, pasó un mes y las promesas no se cumplieron, ni avanzaron.

Editor/Boya